Siguiendo con las definiciones de Desarrollo Local, nos encontramos con Cuervo (1998), quien lo ve como una respuesta residual, desencadenada por un vacío generado por la ausencia y el debilitamiento del gobierno nacional; se trata igualmente de una oportunidad, creada por las nuevas y viejas virtudes de lo local, como ámbito de construcción de procesos de desarrollo.
Borja y Castells (1997) coinciden al proponer una naturaleza complementaria entre lo global y lo local, desvelando una relación creadora de sinergia social y económica. Ambos sostienen que lo local es el centro de gestión de lo global en el nuevo sistema tecno-económico, cuestión que puede apreciarse en tres ámbitos principales: el de la productividad y competitividad económica, el de la integración socio-cultural y el de la representación y gestión políticas.
Por otra parte Calafati (1998) afirma que junto a la introducción del concepto de “sistema local” deben de entenderse y tomar en cuenta las siguientes cuestiones:
1. Un sistema cuyas unidades fundamentales son seres humanos razón por la que debe tener un mecanismo de control.
2. Ya que un sistema local es un “sistema abierto”, se hace necesario entender sus procesos en términos de un determinado patrón de interacción entre el “sistema” y su “entorno”.
Estos estudiosos que han compartido con el mundo sus puntos de vista, nos abren las puertas para comprender un desarrollo local que cada vez se hace más urgente y que no pierde en ningún momento su vigencia ni su categoría de actual.