Según cuenta
Covadonga O´Shea, en su libro Así es Amancio Ortega, el hombre que creó Zara
(2008), a sus escasos 12 años, Cholo decide ponerse a trabajar, siendo su
primer empleo en la Camisería Gala, fundada en 1931 por José Martínez Porto,
negocio que en aquel entonces gozaba de mucha reputación. Sus tareas consistían en hacer un poco de
todo, desde la limpieza, los mandados e incluso atender el mostrador; llamaba
la atención a los dueños del negocio la seriedad y el sentido de responsabilidad
que este ponía al momento de desempeñar sus funciones. Trabajaba como los adultos, cuarenta y ocho
horas a la semana, siendo de los que regalaban más tiempo a la empresa si así
lo exigía la demanda, e incluso laboraba en vacaciones para cobrarlas y así
ahorrar para cumplir su sueño de conducir una Vespa en 1953.
La camisería Gala, aún se encuentra en funciones en la misma
calle Notariado de A Coruña, muy cerca de la primera tienda Zara en la calle
Juan Flores; los propietarios no muestran ningún inconveniente en hablar del
grande de la moda.
Camisería Gala, calle Notariado.
Fotografía propia, tomada el 19/01/12
Don Enrique Sáez Ponte, presidente de la Fundación Juana de
Vega de A Coruña, recuerda que en sus años de trabajo en el Banco Pastor, un compañero
de trabajo le comentó un hecho curioso, que sería el primer signo de la
vocación del pequeño Cholo: siendo repartidor, fue a entregar unas camisas a
Pedro Barrié de la Maza, importante empresario español y financiero que lideró
desde 1936, año de nacimiento de Amancio, el Banco Pastor. El hecho extraordinario, es que la propina
que recibió del famoso personaje ascendía a 25 pesetas, que en aquel tiempo era
mucho para un pequeño. No fueron
golosinas o juguetes sino una tijera de sastre y un ejemplar de la revista
alemana Burda, que incluye patrones, el resultado de su primera inversión en
plena adolescencia. Definitivamente tenía el interés puesto en la confección,
objetivos claros y voluntad para alcanzarlos.[1]
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