Al contar con la experiencia laboral en el campo, como hemos evidenciado en las entradas anteriores, Amancio se ve capacitado y motivado a cumplir su sueño, Amancio
monta el primer taller en la Rúa San
Rosendo de A Coruña, con su hermano Antonio, abren una cuenta corriente con
2,500 pesetas; inyección que en 1963 dio vida a GOA S.A. (Sus iniciales y las
de su hermano en sentido inverso). Un
cuco para abrigar bebés fue la primera prenda que Primitiva y Rosalía
elaboraron para dar la bienvenida al proyecto que acababa de nacer. Sin embargo, pasado un tiempo, ocurre un
suceso que marcará la historia del equipo emprendedor: trabajando aún en La
Maja, Amancio contempla a unas clientas remirando unas batas en la vitrina, y
así se le ocurre producirlas, pero con la salvedad de adaptar los costes de
confección al precio al que pretende vender la prenda, no al revés como era lo
normal; filosofía actual de Zara. Se
toma de modelo una bata rosada elaborada en Cataluña y la cortan en partes para
obtener el primer patrón de cartón marcado a tiza, del primer producto estrella
de la empresa. Las batas son
distribuidas en principio, en tiendas de Galicia y Asturias, con miras a
conquistar el mercado de toda España.
Blanco y Salgado, mencionan en su obra, que Javier Cañas
Caramelo, sobrino de José Antonio Caramelo, recuerda que las tiendas vendían
las batas a 140 pesetas. Por su parte el
periodista Rubén Ventureira, en una publicación de La voz de Galicia, “Teles”
viajas a medio millón, afirma que la primera bata se vendió en los comercios a
98 pesetas.
Conocido el mercado nacional, emprende sus
primeros pasos hacia el internacional.
En compañía de Javier Cañas Caramelo visita en el mismo año de
fundación, una feria de lencería en París y se quedan un mes en la ciudad para
investigar y hacer contactos.
Calle San Rosendo, primer taller de
Amancio. Fotografía propia, tomada el 19/01/12
El tema de los proveedores era muy difícil en
aquella época, ya que las industrias que existían solían absorber la producción
de tejidos, tenía que contarse con alguna recomendación para lograr acceso a
ellos. Dificultad que Amancio y sus colaboradores
vencieron con la recomendación de la madre de Caramelo, que tenía un pequeño
negocio de ropa infantil; fue así como consiguieron un proveedor en Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario