lunes, 28 de mayo de 2012

El Recurso Humano y su papel en el desarrollo empresarial


Cuando hacemos referencia al crecimiento de la empresa, sucede lo mismo que cuando hablamos de crecimiento económico, este es parte del desarrollo, no lo constituye.  De esta forma, el crecimiento empresarial se asume como el aumento de tamaño, que implica mayor percepción de ingresos, recursos y herramientas que con el tiempo gestionarán el desarrollo de la empresa.  El desarrollo empresarial, se percibe desde dentro hacia afuera, iniciando con el mejoramiento de procesos y procedimientos internos, para luego proyectar dicha mejora con el aumento de la competitividad en el mercado.  La creación y el desarrollo de una cultura organizacional dinámica y participativa, la formación del personal, la gestión de la innovación, implementación de sistemas de comunicación y evaluación de desempeño internos, entre otros, son parte de la expresión de desarrollo de la empresa, que luego se traducen en expansión y diversificación empresarial. 





Escandon, Diana, & Arias, Alberto (2011), en su artículo, Factores que componen la competitividad de las empresas creadas por mujeres y las relaciones entre ellos, hacen énfasis en la teoría de los recursos y capacidades, adjudicando el logro de la competitividad a través de los propios recursos de la empresa, en especial el recurso humano, concebido como todo el tipo de conocimiento y capacidades que obtiene o desarrolla un individuo a lo largo de su vida.  Es así como el desarrollo endógeno de la empresa fundamenta sus bases en el individuo que la lidera, su equipo de trabajo y los recursos que a través de sus capacidades generan alrededor de la empresa. Lo anterior pone de relieve la importancia de la  inversión en capital humano, ya que a partir de ella, se tendrán líderes independientemente sean hombres o mujeres, más cualificados para la toma de decisiones y el aprovechamiento de oportunidades. 

Asimismo, se debe considerar la mayor participación en la economía de mujeres empresarias, sus dificultades para emprender y desarrollar sus proyectos, ya que si bien es cierto que la brecha entre roles masculinos y femeninos disminuye con el paso del tiempo, debido a la impronta femenina en los negocios; aún persisten dificultades provenientes del machismo, traducidas en mayores dificultades para la mujer en temas de negociación, relaciones con proveedores y clientes, entre otros.  Por ello, en cuanto lo permita la situación socioeconómica a la que pertenezcan, las mujeres deben buscar por todos los medios una cualificación adecuada, que les permita establecerse  en el ambiente empresarial con todos los méritos que ello merece.[1]



[1] Véase más en: Escandon Barbosa, Diana, & Arias Sandoval, Alberto. (2011). Factores que componen la competitividad de las empresas creadas por mujeres y las relaciones entre ellos. Cuadernos de administración. 24, 165-181.

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