lunes, 19 de diciembre de 2011

Charcutería El Seco: Años de tradición familiar (I Parte)

Maside, cuna de un emprendimiento.

Maside, Ourense.

Cuenta la historia gallega, que en el noroeste ourensano y en pleno siglo XIII, se erigió una ciudad llamada Maside, famosa por su verdor natural,  y sus tierras que daban paso al camino real que conducía a Pontevedra. En esta pintoresca ciudad, nace en 1949 un emprendimiento: “La Charcutería el Seco”; negocio que en la actualidad es dirigido por Antonio, quien atiende una de sus tiendas en el mercado de Abastos. Muy cordial y familiar en el trato con sus clientes, el propietario desde tempranas horas de la mañana, les espera para despachar sus deliciosos jamones, chorizos, mortadelas, quesos, conservas, entre otros productos.
Es lunes a media mañana, cuando Antonio me recibe para conversar acerca del negocio y las generaciones que le anteceden, me llama la atención la serenidad y alegría con la que recuerda cada detalle de su historia, ligada en todo momento al negocio familiar.
La Charcutería el seco, fue fundada por Don Antonio y Doña Concepción, abuelos maternos de Antonio, actual propietario. Todo comenzó con un matadero, con el que se inició en la industria cárnica y fabricación de embutidos de cerdo; abasteciendo en un principio al mercado local y ofreciendo a los clientes productos del cerdo: carne salada, curada y fresca. 
Maside, Ourense.
La pareja empresaria decidió emprender únicamente con capital propio, ya que tenían como política el evitar cuanto fuera posible el recurrir al préstamo; sin embargo, cuando lo hacían, se convertía en prioridad la cancelación del mismo.  Cuenta Antonio que sus abuelos hicieron crecer el negocio, a pesar de no contar con estudios ni formación empresarial, como era natural en aquel tiempo en tierras gallegas.

Como era costumbre en Maside, la compra de productos cárnicos se hacía a diario, la gente llegaba a la tienda y compraba el producto que se encontraba colocado en mesas de madera, ya que en aquel entonces no había refrigerador ni en los negocios ni en casa. A pesar de ello, la carne no se perdía, debido al clima frío y al fuerte movimiento diario de las ventas. 
Entre los utensilios empleados en los orígenes se pueden mencionar: la chaira, que servía para afilar cuchillos, el machete, mesas de madera, entre otras, todos elaborados por la familia.

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