lunes, 28 de mayo de 2012

¿Cómo se consigue el desarrollo empresarial?



De acuerdo con Sanchis & Ribeiro (1999), el proceso de desarrollo es una de las características básicas de la evolución de las economías desarrolladas y de sus empresas, es decir, que forma parte del proceso de desarrollo económico y social.  Lo cual indica, que la velocidad adquirida por las empresas para lograr sus objetivos de crecimiento, dependerán en gran medida del nivel de desarrollo del territorio al que pertenezcan.  Dichos autores, sostienen a la vez, que el desarrollo empresarial se consigue mediante la expansión y diversificación de actividades, aspectos que se presentan en distintas etapas del mismo y que por los efectos que tienen en la generación de empleo e inserción responsable en nuevas realidades, convierte a la empresa en agente de desarrollo.    

El proceso de expansión se hace posible mediante estrategias sucesivas como la penetración en un mercado nuevo, nacional o internacional, la expansión geográfica, el desarrollo o complementariedad de productos o servicios y la entrada en nuevas áreas de actividad.  Sin embargo, el flujo puede verse alterado debido a cambios en el entorno o por la aparición de una nueva oportunidad para la empresa.

Por su parte la diversificación representa el último nivel de la expansión, el nivel más avanzado de desarrollo, y por ende, la estrategia más arriesgada.  Es así como una PYME decidida a diversificarse deberá proceder, estando segura de contar con las competencias necesarias para poder realizar la nueva actividad, utilizando como estrategia, la creación de sinergias dentro de la empresa que faciliten la utilización de los mismos recursos o habilidades  para hacerle frente al nuevo reto. 

El Recurso Humano y su papel en el desarrollo empresarial


Cuando hacemos referencia al crecimiento de la empresa, sucede lo mismo que cuando hablamos de crecimiento económico, este es parte del desarrollo, no lo constituye.  De esta forma, el crecimiento empresarial se asume como el aumento de tamaño, que implica mayor percepción de ingresos, recursos y herramientas que con el tiempo gestionarán el desarrollo de la empresa.  El desarrollo empresarial, se percibe desde dentro hacia afuera, iniciando con el mejoramiento de procesos y procedimientos internos, para luego proyectar dicha mejora con el aumento de la competitividad en el mercado.  La creación y el desarrollo de una cultura organizacional dinámica y participativa, la formación del personal, la gestión de la innovación, implementación de sistemas de comunicación y evaluación de desempeño internos, entre otros, son parte de la expresión de desarrollo de la empresa, que luego se traducen en expansión y diversificación empresarial. 





Escandon, Diana, & Arias, Alberto (2011), en su artículo, Factores que componen la competitividad de las empresas creadas por mujeres y las relaciones entre ellos, hacen énfasis en la teoría de los recursos y capacidades, adjudicando el logro de la competitividad a través de los propios recursos de la empresa, en especial el recurso humano, concebido como todo el tipo de conocimiento y capacidades que obtiene o desarrolla un individuo a lo largo de su vida.  Es así como el desarrollo endógeno de la empresa fundamenta sus bases en el individuo que la lidera, su equipo de trabajo y los recursos que a través de sus capacidades generan alrededor de la empresa. Lo anterior pone de relieve la importancia de la  inversión en capital humano, ya que a partir de ella, se tendrán líderes independientemente sean hombres o mujeres, más cualificados para la toma de decisiones y el aprovechamiento de oportunidades. 

Asimismo, se debe considerar la mayor participación en la economía de mujeres empresarias, sus dificultades para emprender y desarrollar sus proyectos, ya que si bien es cierto que la brecha entre roles masculinos y femeninos disminuye con el paso del tiempo, debido a la impronta femenina en los negocios; aún persisten dificultades provenientes del machismo, traducidas en mayores dificultades para la mujer en temas de negociación, relaciones con proveedores y clientes, entre otros.  Por ello, en cuanto lo permita la situación socioeconómica a la que pertenezcan, las mujeres deben buscar por todos los medios una cualificación adecuada, que les permita establecerse  en el ambiente empresarial con todos los méritos que ello merece.[1]



[1] Véase más en: Escandon Barbosa, Diana, & Arias Sandoval, Alberto. (2011). Factores que componen la competitividad de las empresas creadas por mujeres y las relaciones entre ellos. Cuadernos de administración. 24, 165-181.

Proceso de desarrollo de la pequeña y mediana empresa.


 Al igual que todo ser vivo, las empresas experimentan un proceso de desarrollo, sumamente ligado  tanto al comportamiento y evolución del entorno que las rodea, como a los recursos indivisibles[1] y ociosos con los que cuenta. Como en las personas, el crecimiento es interpretado como un signo de salud, vitalidad y fortaleza; la capacidad de crecer significa en el mundo empresarial, el  estar preparado o posibilitado para abordar un desarrollo futuro.



Según  Morales Gutiérrez, Alfonso Carlos (1998), en su artículo la pequeña y mediana empresa: límites, alcances y posibilidades, existen 7 etapas de crecimiento para las PYMES, cada una de ellas significa la oportunidad de captar mayores beneficios y acumular recursos valiosos para desarrollarse.  Estas se enumeran de la siguiente manera:

  1. Fase de Nacimiento: Pocos clientes, o no se puede despachar el producto en las cantidades ni condiciones requeridas, el propietario es la empresa y la estrategia consiste en sobrevivir.
  2. Fase de supervivencia: Ha demostrado su vialidad, cuenta con clientela suficiente y le es posible conservarla.  Posee número limitado de empleados, el problema consiste en la relación entre ingresos y gastos y el principal objetivo sigue siendo la supervivencia.  Puede crecer en tamaño y rentabilidad y pasar a la siguiente fase, o estancarse durante muchos años en esta.
  3. Fase de estabilización: La empresa ha alcanzado un estado saludable: tamaño suficiente, posición cómoda en el mercado y obtención de rentabilidad superior a la media.  Puede mantenerse en esta fase de manera indefinida, siempre y cuando no ocurran cambios en el entorno o una mala gestión decline su competitividad.
  4. Fase de crecimiento: El propietario financia el crecimiento, las tareas principales son el conservar la rentabilidad y contratar directivos efectivos que ayuden a llevar las riendas del negocio.  Puede crecer rápidamente y pasar a la siguiente fase.
  5. Fase de despegue: El problema es encontrar la manera de financiar un crecimiento rápido, se da paso a la descentralización y mejoran los sistemas. Si el propietario supera los desafíos puede pasar a ser una gran empresa.
  6. Fase de madurez: La preocupación consiste en consolidar  y controlar los beneficios financieros producidos por el rápido crecimiento, y conservar las ventajas que otorga un tamaño pequeño: flexibilidad de respuesta y espíritu emprendedor.  El propietario y la empresa son cosas distintas, se utilizan herramientas para la gestión como presupuestos, sistemas de costes, entre otros; si logra tener éxito tendrá lo necesario para desarrollarse, de lo contrario pasaría a la siguiente fase.
  7. Fase de Osificación: Falta de ideas innovadores y rechazo al riesgo. Etapa más común en grandes empresas, estas suelen acomodarse en el éxito alcanzado, hasta que ocurre un cambio en el entorno y la competencia les gana la partida.[2]

No existe un tiempo determinado para permanecer en cada etapa descrita, más bien, son las condiciones de la empresa y las decisiones del propietario, las que permiten subir cada peldaño del proceso hasta llegar a la madurez.  Las empresas sean pequeñas o grandes, nacen con los ojos puestos en el crecimiento, ya que este significa para sus propietarios, tanto su consolidación como empresarios, como el mejoramiento de las condiciones de vida de su familia.  Asimismo, serán las decisiones acertadas del emprendedor, las que harán de la empresa un organismo fortalecido ante el surgimiento de la nueva competencia, según se vaya avanzando en cada etapa.



[1] Maquinaria, equipo y recurso humano.
[2] Véase más en: Morales Gutiérrez, Alfonso Carlos. (1998). La pequeña y mediana empresa: límites, alcances y posibilidades. Revista de Fomento Social 53, pág. 378-382

martes, 22 de mayo de 2012

La originalidad verdaderamente conduce al éxito empresarial




 Es normal que al día de hoy nos preguntemos sobre qué hay que hacer para sobrevivir a las empresas más grandes y/o, en cuanto a la forma de codearnos con la competencia local. 


Ante todo, no siempre debemos o podemos enfocarnos en los precios, ya que se hace imposible competir con aquellos  que con mayores niveles de producción, mejores instalaciones/maquinarias y facilidades para transportar sus productos, pueden permitirse el vender a menores precios. El pequeño empresario debe visualizar su ventaja competitiva desde otra perspectiva: Su originalidad.

Conocer el producto y estudiar cuidadosamente el cómo diferenciarnos de los demás, resulta ser un ingrediente muy importante para alcanzar el éxito empresarial. Una panadería querrá ser reconocida por su fórmula para pasteles, la decoración, diversidad de productos o el servicio que se preste al movilizar el producto. Es así como cada empresario debe diseñar su estrategia diferenciadora, para que el valor agregado que posea su producto sea capaz de comunicar al cliente, las razones del por qué comprarle a él y no a los demás.

Para realizar este análisis de originalidad es conveniente comparar el producto en cuestión con el de los competidores, evaluando entre otros, los siguientes puntos:

  • Ventajas y desventajas de mis productos en comparación con los de la competencia.
  • Beneficios que tienen mis clientes al comprarme a mí en vez de  a la competencia.
  • Beneficios que ofrecen mis competidores y que yo no estoy ofreciendo.
  • Estrategias que usan mis competidores para vender sus productos.

En definitiva, competir en precios no lo es todo! Es cuestión de echar a andar nuestra creatividad, y dejar aflorar las maneras de abrirse camino en donde aparentemente no se concibe uno. Todo un reto!


CUANDO ES QUE SOMOS CREATIVOS


“La verdadera creatividad suele empezar donde termina el lenguaje” Arthur Koestler.


Por muchísimo tiempo hemos asociado a la creatividad con los grandes genios e inventores, dándole un tinte de exclusividad, como si fuera un don que por sí  mismo selecciona a quien seguramente hará uso exitoso del mismo.

Pues déjenme contarles que esta y otras concepciones acerca de la creatividad son erróneas, ya que el principio creador se expresa en todas las áreas de la actividad humana, tal y como lo enfatiza el psiquiatra Albert Rothenberg[1], la creatividad se encuentra en el arte, religión, filosofía, cocina, deportes y relaciones interpersonales, es decir, en todo lo que el ser humano es capaz de desarrollar para comunicar su conocimiento y relación con su entorno.  Por lo tanto, la creatividad en ningún caso, puede ser concebida solamente como el recuento de las actividades de un genio, sino al contrario, como la habilidad de todo ser humano para traer algo nuevo a su existencia. 

Es de todos conocido, que navegamos en un mundo de convencionalismos, normas, dogmas y tabúes que nos impone el sentido común. Frente a esta realidad,  el individuo creativo se empeña en desarrollar la habilidad de relajarse y olvidarse en el momento oportuno de lo que se sabe, para descubrir algo nuevo o relacionar lo impensable con lo que es catalogado como conocido y comprendido.  Lo anterior no quiere decir  que se debe desechar por completo lo aprendido, pues los conocimientos adquiridos son los que nos dan la plataforma para querer buscar y descubrir algo nuevo, relacionando e integrando de formas distintas lo que ya conocemos. He aquí la creatividad pura universal.

Ahora bien,  también la experiencia adquirida a lo largo de la vida y el desarrollar una mente curiosa, suelen ser indispensables para echar andar el proceso creativo, pues de ellas nace la habilidad de formular nuevas preguntas, elemento que para el mismo Albert Einstein es más importante que encontrar las respuestas y soluciones de las mismas. 

Dicho lo anterior, para ser creativos, indiscutiblemente se necesitan momentos de reflexión, de encuentro con lo que creemos y cuestionamos, no es un tema de muchas horas sino del tiempo oportuno, que tarde o temprano nos hará más productivos en toda actividad que realicemos.



[1] Profesor de Psiquiatría de la Harvard medical School

viernes, 30 de marzo de 2012

Elementos que conformar el Entorno empresarial

Detente! Analiza tu entorno antes de continuar!
Sanchis & Ribeiro (1999), Bueno Campos (2006) y Gil Estallo (2007), comparten el criterio de dividir el entorno en dos ámbitos: el general, que afecta a todas las organizaciones en una sociedad determinada,  y específico, que influye en la empresa de forma directa; por lo cual, se considera que características culturales, tecnológicas, educativas, políticas, legales, las concernientes a los recursos naturales, demográficas, sociológicas y económicas, serán las que afecten en alguna medida a las empresas en general; mientras que aspectos como los consumidores, proveedores, competidores, el sociopolítico y tecnológico lo hagan de forma específica.   Esta concepción resulta de mucha utilidad al momento de estudiar la realidad PYME, ya que partiendo del análisis de escenarios globales, regionales, territoriales y/o locales,  se puede obtener información valiosa para comprender el comportamiento empresarial, en respuesta al ambiente en el que realiza su actividad económica. 


 De acuerdo Joaquín Gairín Sallán (2008), en su aporte al texto Estrategias de formación para el cambio organizacional, la realidad de las empresas se visualiza como una configuración de factores externos e internos que interactúan entre sí, potenciándose o condicionándose. Mientras que los factores internos se relacionan con el interior de la empresa, los externos, constituyen expresiones de los condicionantes socioculturales de carácter general o próximo, y generan influencias de acuerdo a las necesidades del contexto.[1]

Me parece que el aporte de estos autores es de suma importancia para comprender el rumbo que debe tomar nuestra investigación al momento de encontrarnos en el campo de batalla.  Cada una de nuestras decisiones respecto al presente y futuro de la empresa, ha de ir acompañada de un análisis profundo de cada uno de los elementos de nuestro entorno, esto nos ayudará a ser más cautelosos y audaces para identificar las oportunidades y saber cuales de ellas son las idóneas para el desarrollo de nuestra idea empresarial.


[1] Ver más en: Gairín Sallán, Joaquín. (2008). Estrategias de formación para el cambio organizacional. (2da. Edición). Madrid, España: Wolters Kluwer, S.A., pág. 31.

Importancia del entorno en el desarrollo de una PYME

¿El entorno?  



El conocimiento y análisis del entorno, constituye un paso muy importante no solo para la empresa, sino para todo aquel cuyas decisiones se encuentran fuertemente vinculadas con el acompañamiento de las mismas.  
  
Existen diferentes concepciones de entorno y su estrecha relación con la empresa, todas ellas poseen el común denominador, de aportar a la empresa que comienza y/o se desarrolla, una explicación sencilla del medio que las rodea, y así contribuir con su planeación estratégica. 


Para Bueno Campos (2006), el entorno es todo aquello que no pertenece al interior de la organización y que de una u otra forma le afecta en gran medida.[1] Sanchis y Ribeiro (1999), por su parte, agrega a lo anterior, la relación bidireccional que existe entre empresa y entorno, es decir, tanto la empresa puede ser modificada, como el entorno puede ser cambiado por ella.[2]  Los autores citados coinciden en que dicho entorno esta sujeto a un proceso evolutivo, el cual ha ido sufriendo alteraciones dependiendo de acontecimientos históricos y cambios en el comportamiento humano.  Por lo cual, su evolución, que parte de una etapa sencilla y estática, se convierte debido al agregado de acontecimientos actuales, en una realidad compleja, dinámica e incierta, cuyas características corresponden a un medio  turbulento, en el que adelantarse a los cambios constituye la mejor forma de enfrentarlo.[3]

¿Cómo definirías el entorno que rodea a tu empresa? 


[1] Ver más en  Bueno Campos, Eduardo. (2006). Curso Básico de Economía de la Empresa: Un enfoque de organización. (cuarta edición). Madrid, España, ediciones Pirámide. También  en Gil, Estallo. (2007), en su libro: Cómo crear y hacer funcionar una empresa (7ma. Edición). Madrid, España: ESIC EDITORIAL., pág.136-141, realiza un aporte al tema de entorno y su relación con la empresa.
[2] Aportación que da lugar al debate sobre la responsabilidad social de la empresa, ver más: Sanchis Palacio, Joan Ramón, & Ribeiro Soriano, Domingo. (1999). Creación y dirección de Pymes. (1ra. Edición). Madrid, España: Díaz de Santos, S. A., pág. 13-16.
[3] Ver más sobre proceso de evolución del entorno: Sanchis Palacio, Joan Ramón, & Ribeiro Soriano, Domingo. (1999). Creación y dirección de Pymes. (1ra. Edición). Madrid, España: Díaz de Santos, S. A., pág. 16-19.