martes, 5 de junio de 2012

Amancio Ortega, desarrollando sus dotes empresariales


Amancio Ortega duró alrededor de tres años en su primer empleo en Camisería Gala, y luego de laborar un tiempo en La Espuma, es contratado en una tienda de confección de más categoría llamada La Maja, en la que sus hermanos Pepita y Antonio trabajaban desde hace un tiempo, gozando ya de la confianza del propietario.  

Por otra parte, la propietaria de Moda Lía Complementos, local situado en las inmediaciones de la calle San Andrés y muy cerca de donde antes era La Maja, relata que Amancio antes de trabajar en dicha camisería, se empleó en otra de la misma calle, a la altura de la Caja de Ahorros; no recuerda el nombre, podría ser La Espuma, pues es mencionada por algunos biógrafos.  La señora recuerda que ella trabajaba en el local de al lado y que todas las mañanas se encontraba con Amancio y demás empleados, a esperar a que los dueños de los negocios llegaran a abrir.  En aquel entonces la calle San Andrés era muy famosa por el fuerte comercio que se desarrollaba en ella, la mayoría de jóvenes que no estudiaban se empleaban en los comercios como dependientes, asegura la informante, quien  prefirió no dar su nombre.



Rúa San Andrés en la actualidad. Fotografía propia, tomada el 19/01/12

Estas experiencias laborales, fueron desarrollando la visión empresarial de Amancio, dándole un panorama amplio del mundo textil, del trato con clientes, proveedores y formas de distribución del producto.  

En la Maja, se reunió todo el equipo fundador, por lo cual, fue el momento en el que se gestó la idea.  Se juntaban en un bar llamado Sarrión, cercano a las dos tiendas de la Maja, entre la Rúa Real y San Andrés.  Con mucho interés se trató de localizar este bar, pero al parecer ya no existe, pues transeúntes y dueños de negocios de las inmediaciones no lo recuerdan. Fue en ese bar, entre conversaciones sobre el futuro, que Amancio proponía hacer algo, montar un negocio propio.  Las famosas reuniones para el café, terminaron estableciendo las bases para montar los inicios, con una taza de café en la mano, se decidió que Primitiva y Rosalía se encargarían de coser, mientras que Antonio, Caramelo y Amancio de colocar el producto.


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